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lunes, 16 de noviembre de 2009

“Conoce primero los hechos y luego distorsiónalos cuanto quieras” (Mark Twain)

"I know it was true; I believed him from the start, but in court the truth sometimes can be detrimental to the health of your client. Some jurors won't accept the fact that truth can be stranger than fiction". William Diehl, Primal fear, Ballantine Books, New York, 1993, p. 197.

Crear expectativa, asombro, sensibilidad, emocionar al tribunal, desconcertarlo, descomponer preconceptos, ponerlos de nuestra parte, hacerlos pensar. El relato de nuestra versión de los hechos es una técnica de improvisación similar a la de una especie de actor. Parecer seguro de si y con las cosas bajo control. Un relato con lenguaje llano y simple aumenta sus efectos. Debe ser vívido, para que sea memorable. Cuando una historia es convincente, lo es no solo porque puede ser real, sino también porque esta bien narrada. Cuando queremos convencer a alguien, nos mostramos seguros, vamos directo al grano, establecemos relaciones entre las ideas que nos van llevando a arribar a la conclusión, explicita o no, a la que queremos hacer llegar al otro. No pasa solamente por el fondo de la cuestión. Pasa por el tono de voz, los gestos, la calidad de la narración. Cuando preparamos a un testigo, lo hacemos porque su relato es importante para convencer.

Y si convence, ganamos el caso. Una declaración armada y bien preparada tiene más valor para el impacto que produce en un juez que la verdad, si es que la hay. Ahora bien, este hecho se nos plantea como un desafío, una obra de teatro en la que tenemos que cuidar todos los detalles para que la historia sea creíble. Además de destacar un aspecto de la historia, los detalles también pueden afirmar a credibilidad del testigo al demostrar que recuerda claramente los hechos. Pero que sucede si nuestra audiencia, tiene otra realidad en su cabeza… ¿Como convencerla de que lo que nosotros contamos fue así? Y bien, solo nos queda, en primer lugar, saber quienes están en frente nuestro, cuales son sus preconceptos, sus ideas, que conocen de nuestra historia, quien se las contó, y como podemos hacer para confirmar o revertir eso que piensan. Claro esta que un relato bien armado tiene todas las de ganar. Pero no podemos hacer pura oratoria. El contenido de lo que decimos debe ser coherente con las posibilidades reales de que eso haya podido ser así. Y así es como, debemos jugar con las variables. En primer lugar nuestra audiencia, en segundo lugar el relato, en tercer lugar las formas. Lo que decimos, así como cómo lo decimos tiene la misma importancia. Y cual es la verdad que intentamos mostrar, no es un detalle menor. El jurado, (o tribunal, en nuestro caso) cree que conoce la verdad, ya tiene una idea de lo que se debatirá en el juicio, la cual es muy difícil de sacar de sus cabezas. Es entonces cuando debemos jugar con la verdad que presentamos y aquella que se tendrá en cuenta, al fin y al cabo.


Nuestro objetivo está claro. Cual es el medio que utilizaremos para alcanzarlo, depende del caso. Lo que nos queda es prepararnos y salir a jugar.


YAPA:

Muchas veces una historia bien desarrollada, en el momento justo, puede diferenciar el éxito del fracaso de nuestra posición...


MARIA DINARD - CHRISTIAN CALLEJA

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